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RIESGO DE HAMBRE EN ÁFRICA

La COVID-19 es una de las mayores amenazas a la que nos estamos enfrentando actualmente, pero para muchas personas lo más peligroso de esta pandemia no es el virus, sino la crisis alimentaria que deja a su paso.

EL CORONAVIRUS ESTÁ PROVOCANDO MÁS HAMBRE EN UN MUNDO YA HAMBRIENTO

Sabemos que tener alimentos es algo básico y esencial para poder superar el hambre que sufren. Y gracias a personas como tú llevamos años apoyando a las comunidades más vulnerables en regiones como la de Sahel o el Cuerno de África.

Ahora, con la llegada de la pandemia, estamos trabajando para que nuestros programas de seguridad alimentaria lleguen a más personas. Porque, en casos como el de República Centroafricana, 1 de cada 2 personas ya están en una situación crítica.

LA SITUACIÓN SE HA VUELTO MÁS CRÍTICA

Las cosechas del año pasado no fueron buenas y ya se calculaba que más de 17 millones de personas iban a estar sufriendo inseguridad alimentaria.

Con los centros de salud sin la capacidad necesaria para atender a todo el mundo y los Estados tomando medidas restrictivas para frenar la propagación de la pandemia, muchas personas que trabajan en el sector informal, sin ningún tipo de protección social, se han quedado sin dinero para comer debido a la drástica desaceleración de la economía mundial.

Ahora las personas con inseguridad alimentaria han pasado de ser 17 millones a 50 millones.

NUESTRO TRABAJO AHORA

Con la pandemia y con las restricciones de movimiento, gracias a las personas que nos apoyan, podemos trabajar estrechamente con organizaciones socias locales para:

Distribuir directamente alimentos básicos como arroz, maíz, judías, aceite…

Ofrecer dinero en efectivo o cupones para adquirir alimentos básicos, herramientas, semillas… en los mercados cercanos, estimulando la economía local.

Repartir paquetes de semillas para que puedan cultivar sus huertos.

Facilitar formaciones en técnicas de agricultura, información útil sobre el clima, variedades de semillas para cada época…

Fortalecer las actividades generadoras de ingresos para la producción de productos de higiene y de prevención (jabón y las mascarillas de tela).

Dar apoyo a los servicios de ahorros y préstamos comunitarios para fortalecer las familias y comunidades que han perdido su ingreso debido al cierre de los mercados.

Utilizar los aprendizajes de nuestro trabajo para influir en las políticas de protección social de los estados para que apliquen mejoras y las integren tanto en los periodos de escasez como en sus planes de respuesta.

«Estoy muy feliz de ser parte de los beneficiarios del proyecto porque ahora tenemos semillas y herramientas para seguir cultivando nuestros alimentos y algo de dinero en efectivo para comprar alimentos y otros elementos esenciales.»

Muhubo vive en una zona rural de la región somalí de Etiopía y gracias a algunos de estos proyectos puede decir estas palabras.

Sin vos, todo esto no sería posible

Gracias a vos miles de familias superarán el hambre y la inseguridad alimentaria provocadas por esta pandemia