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MIRAR DE OTRA FORMA

Sabemos que hay solución, que hay esperanza. Trabajamos para apoyar a las personas más afectadas por las consecuencias de la pandemia haciendo frente a las colas del hambre, a la falta de agua, alimentos y de protección ante el contagio. Y luchamos para conseguir cambios políticos que garanticen derechos sociales básicos y una vacuna universal y gratuita. Ahora más que nunca necesitamos otra forma de mirar.

Millones de personas en Argentina y en todo el mundo han perdido el trabajo y el sustento a causa de la COVID-19. Y sabemos que 4 de cada 5 personas en los países pobres no van a tener acceso a la vacuna este año. La pobreza, la desigualdad y el hambre avanzan sin freno.

La pandemia y el desempleo que provoca está empeorando todavía más la vida de miles de familias en diferentes países del mundo, como Guatemala, Venezuela, Zimbabue, Nigeria o Irak, llevándolas a una situación de extrema pobreza, sin tener ni siquiera lo mínimo para poder alimentarse.

Ante esta situación extrema damos asistencia alimentaria básica, con productos como maíz, guisantes, arroz, azúcar, aceite, etc. para hacer frente al hambre que provoca la pandemia. En algunos casos entregamos dinero en efectivo o cupones para canjear en los mercados locales.

En entornos de máximo riesgo de contagio, donde mantener la distancia social necesaria es casi imposible, el suministro de agua e higiene son medidas imprescindibles para evitar la propagación del virus. Trabajamos en esta línea en hospitales y escuelas de Irak, República Democrática del Congo y en campos de personas refugiadas.  Recientemente ha habido un grave incendio en Cox´s Bazar que pone de manifiesto la importancia de nuestro trabajo en agua y saneamiento para atender a las personas más vulnerables.

Con la pandemia, hemos intensificado las medidas de prevención instalando más suministros de agua limpia y canillas sin contacto que funcionan con pedal. También estamos aumentando la concienciación sobre la prevención y el saneamiento a la vez que entregamos kits de higiene con jabón, mascarillas y productos de aseo personal a las familias.

Más de 5 millones de personas viven en pobreza extrema acá en Argentina, la cual empeoró y aumentado con la pandemia.

Esta crisis nos está afectando a todas las personas, pero se está ensañando más con aquellos colectivos en situación de vulnerabilidad, como son mujeres, jóvenes, migrantes y personas con bajos estudios. Muchas de ellas, como las trabajadoras del hogar son esenciales.

Trabajamos junto a otras organizaciones en Argentina, cubriendo necesidades básicas, dando herramientas para el desarrollo de proyectos y crear independencia económica y que las personas puedan tener acceso al agua segura.

También buscamos cambios de fondo. Junto a otras entidades, presionamos a la clase política hasta lograr la aprobación del Ingreso Mínimo Vital, y seguimos pidiendo que sea más inclusivo y llegue a más gente. Una fiscalidad más progresiva y sin fugas puede financiar ese ingreso, así como una sanidad de calidad para todas y una sociedad más justa.