La llegada de la COVID-19 agravó la crisis económica y social. Después de casi dos décadas de disminución sostenida, en 2020 la pobreza extrema mundial creció de nuevo.
Un año más, la brecha entre las personas más ricas y las más pobres aumentó en Argentina y en el mundo. Se estima que más de 255 millones de personas han perdido su trabajo el último año a nivel mundial, mientras que las riquezas de los billonarios en el mundo aumentó 3,9 trillones de dólares. La crisis afecta de forma desproporcionada a las personas más vulnerables. En Argentina, miles de personas se quedaron sin trabajo y les resultó imposible, pagar facturas a final de mes, en especial, las personas con rentas más bajas.
La pandemia demostró la importancia de cuidar a quienes nos cuidan. Hemos visto cómo la situación de precariedad de personal esencial, como las trabajadoras del hogar y los cuidados es cada vez peor, perdiendo todo ingreso y sin poder acceder a ayudas económicas. Pero la pandemia no es la única responsable de la crisis socioeconómica: también lo es un sistema fiscal injusto, que dificulta la inversión en sanidad, educación y servicios sociales de calidad.
A pesar de todo, desde el momento en que llegó el virus y agravó la crisis socioeconómica, desde Oxfam revindicamos un plan de rescate económico universal y la cancelación de la deuda externa de los países en desarrollo, para lograr mantener a flote a países y colectivos pobres. En Argentina, contribuimos a dar acceso a agua potable a comunidades campesinas del interior del país y a apoyar emprendimientos de economía social y feminista. A su vez, hemos dado respuesta al impacto del Covid con campañas de distribución de alimentos y kits de higiene.
Sabemos que hay solución: conseguir cambios políticos que garanticen derechos sociales básicos, incluyendo una fiscalidad justa,y una vacuna universal y gratuita.
En el último ejercicio, en Oxfam apoyamos a más de 25,7 millones de personas en más de 90 países junto a la colaboración de 4.128 organizaciones socias.